miércoles, 17 de febrero de 2010

Lluvias y temporal

Llevamos una buena temporada de lluvia. Por un lado el campo lo agradece, pero por otro encontramos los destrozos que provocan las grandes cantidades de agua caídas.
Así, en Tenerife hace quince días sufrieron grandes desperfectos en bienes inmuebles, mobiliario urbano... y parece que no escarmentamos: grandes superficies construidas que antes eran el cauce de los barrancos, éstos llenos de cañas, piedras, etc. lo que provoca la retención del agua y el consiguiente desbordamiento.
Esperemos que quienes tienen que tomar medidas las vayan tomando y no vuelva a ocurrir lo que está volviendo a pasar.
Pica aquí para ver ver una buena galería de fotos.

sábado, 13 de febrero de 2010

La problemática del agua en Canarias

El agua en Canarias es un bien muy preciado y escaso, ya que los únicos recursos para obtenerla son las precipitaciones y la desalación de agua del mar, debido a la inexistencia de ríos y lagos en el archipiélago. Para obtener el agua del subsuelo también se recurre a varios métodos como son los pozos (excavaciones verticales), más típicos en Gran Canaria, o galerías (excavaciones horizontales), más comunes en Tenerife y La Palma.
La singularidad de las islas en la obtención de agua se ha forjando a lo largo de los siglos, a medida que sus pobladores han ido haciendo frente a una situación deficitaria que ha condicionado hasta hace bien poco su desarrollo. La precisión técnica de los embalses y las presas, ubicadas muchas de ellas en parajes inverosímiles, permite el máximo aprovechamiento de las escorrentías superficiales. Sobre la desalación, existente en Canarias desde hace más de tres décadas, descansa la economía de las islas con mayor escasez.
Desde hace tiempo aparecen con cierta regularidad en la prensa local comentarios y artículos que dibujan un panorama muy optimista, dando a entender que nos encontramos en una senda adecuada para resolver este secular problema. Sin embargo, hay que señalar que este optimismo puede encubrir graves conflictos existentes en la actualidad, tales como:
  • Intrusión marina y deterioro del acuífero -en algunos casos de carácter irreversible- producidos por la sobreexplotación de la desalación de agua salobre;
  • Aumento de la contaminación atmosférica (CO2 entre otros) y dependencia energética derivadas del mayor uso de combustibles fósiles para generar electricidad y desalar agua salobre y agua de mar.
Sin embargo, a la vista de la poca atención pública que se está prestando a estos problemas, parece, pues, que nos encontramos en una situación de negación continua de la existencia de dichos problemas, ya que el agua sigue saliendo por el grifo y el suministro está "asegurado".
En este sentido, es imprescindible abordar sin más dilación las siguientes cuestiones con el fin de mantener abiertas opciones esperanzadoras de cara al futuro:
  • Abrir un debate sobre el agua para consolidar una adecuada comprensión colectiva sobre los problemas que afectan a este recurso.
  • Proporcionar incentivos a la gestión de la demanda de agua para mejorar la eficiencia técnica en las redes de distribución y en los niveles de consumo. + Ajustar los derechos sobre el agua al volumen y calidad de extracción que sean sostenible, de modo que el agua siga siendo un recurso no sólo económico sino también ambiental y sociable.
  • Limitar exclusivamente la aplicación de la tecnología de desalinización al agua de mar (y no a la salobre), utilizando energías renovables.
Este enfoque ecosistémico (aplicado a la gestión de los acuíferos) consiste en beneficiarse, en la mayor medida posible, del trabajo de los procesos naturales. En estos momentos hay que dar prioridad a la gestión de los acuíferos (economía de la naturaleza), frente a las inversiones en infraestructura que aumentan el suministro de agua a costa de una creciente artificialización que, en definitiva, supone una mayor vulnerabilidad de la economía y la sociedad canaria.

viernes, 12 de febrero de 2010

Pozos y galerías subterráneas.

Las necesidades del hombre por buscar el líquido elemento han hecho que en Canarias se haya tenido que profundizar en las entrañas de las islas, donde se han ido formando depósitos o bolsas de agua infiltrada. Este agua que se filtra constituye el recurso del acuífero. En ocasiones, de forma natural, el agua encuentra salida hacia la superficie. Otras veces, es el hombre el que tiene que perforar la tierra hasta encontrar el líquido elemento.
Así, los canarios han perforado desde tiempos próximos a la Conquista la superficie, ahondando cada vez más para hacer manar el agua. Aproximadamente, el 80% de los recursos hidráulicos con los que cuenta Canarias proceden del subsuelo, es decir, del acuífero.
Las galerías son una especie de minas o túneles, con las que se va profundizando en el interior de la tierra hasta encontrar agua. Una galería suele tener 1,6 metros de ancho y 1,8 metros de alto. El caudal que se extrae de una galería es variable. Al comienzo, se obtienen unas cantidades elevadas de agua, pero la situación cambian con el transcurso del tiempo y el acuífero tiende a estabilizarse. En algunas ocasiones las galerías llegan a ‘secarse’, es decir, a dar un caudal demasiado bajo como para que sea rentable su explotación. Las galerías convencionales, que son las más extendidas, especialmente en Tenerife, pueden llegar a alcanzar los 5 km de recorrido, y son las que acceden al acuífero basal. Por último, también existen lo que se denomina como galerías-pozos, las cuales son mucho más cortas que las anteriores y terminan en un pozo, por lo que se requiere bombear su agua.
Las galerías de agua son escasas en Fuerteventura, y casi nulas en Lanzarote, ya que éste procedimiento de extracción del agua, de explotación de los acuíferos, se hace en zonas de vertientes con laderas y montañas, que albergan en sus interiores el preciado líquido blanco. En Tenerife, la orografía de la Isla Picuda, como si de una gran pirámide se tratase, ha tenido en su base media la explotación de los acuíferos mediante galerías, y en raras ocasiones algún que otro pozo. Las galerías en Tenerife son además las más largas y profundas del Archipiélago, llegando casi al corazón de la “Isla del Infierno”. Las galerías abiertas en esta isla para obtener agua subterránea alcanzan hasta siete kilómetros de profundidad. Galerías que han dado abundantes caudales de agua, y que se han ido incrementando tanto en su número, por la intensificación de las plantaciones agrícolas, como por los ramales que de cada galería se iba haciendo.
La perforación vertical que se realiza en la tierra hasta hallas el depósito de agua es lo que conocemos como pozos. Por su número, este tipo de perforaciones es especialmente relevante en Gran Canaria. Sin embargo, muchos pozos han quedado en desuso por el descenso del nivel de los acuíferos. El agua de los pozos se extrae a la superficie por medios mecánicos, aunque antiguamente, cuando ello no era posible, se utilizaba la energía animal o incluso la eólica.
Los pozos profundos se han desarrollado fundamentalmente en los últimos años, coincidiendo con el declive de los alumbramientos en las galerías. Los primeros pozos, de tipo ordinario, datan de siglo XVI y, aunque numerosos, la cuantía conjunta de sus aprovechamientos resulta irrelevante. Inicialmente se emplazaban próximos a la costa pero con el paso de los años, y por diversas circunstancias, se han ido retirando de ésta; los más recientes se localizan, por lo general, entre los 500 y 600 m de altura.
En Gran Canaria, la explotación del agua ha sido preferentemente a través de pozos, que con el auge del cultivo del plátano hizo que el nivel freático del “Continente en Miniatura” cayera a niveles preocupantes para el Medio Ambiente. Los pozos presentan siempre como peligro la emanación de gas, que por otro lado ha dado una peculiaridad muy especial al agua de consumo humano, sobre todo la embotellada con líquido elemento muy rico en minerales, sobre todo de tipo ferruginoso. Eran aguas bicarbonatadas, sulfuradas o con tal cantidad de hierro que los fondos de los recipientes se quedaban totalmente encarnados. Nacientes que tuvieron a finales del S. XIX y principios del XX un uso también medicinal, con un turismo incluso de salud en torno a los balnearios que albergaban estos nacientes. La sobreexplotación de pozos en Gran Canaria y de nacientes, hizo que también se optara por perforar algunas galerías.
Si se extrae más agua de la que llega al acuífero, las reservas se van agotando. En el Archipiélago se ha llegado a un límite de crecimiento de pozos y galerías. El hecho de que muchos se sequen indica que el nivel de los acuíferos baja. La extracción del agua alcanza en algunos casos niveles extremos. Las galerías y pozos que han permitido tradicionalmente la extracción de agua en el archipiélago canario comienzan a secarse en las islas en la década de los 90, ya que hasta entonces eran consideradas ricas en dicho recurso. Además, la falta de lluvias agrava un problema que no es nuevo en el archipiélago. El caso de la isla de Tenerife, tradicionalmente rica en agua, "comienza a ser preocupante", según las autoridades canarias, que destacan, con la menor cantidad de este recurso, un problema de calidad en el mismo.

Las presas en la isla de Gran Canaria

Gran Canaria es la isla de las grandes presas de embalse por excelencia”. En 1.558 km² existen más de 60 grandes presas de embalse con un altura superior a los 15 metros, que han sido construidas por el tesón, la iniciativa y el esfuerzo por conseguir los dones de la Naturaleza.
La primera gran presa de Gran Canaria -Barranco del Pinto- se terminó de construir en 1900, la ejecución final de la última –Siberio- fue en 1984.
La mayoría son de mampostería, construidas con materiales locales y morteros de cemento-arena. Su capacidad de almacenamiento total de las mismas asciende a 76,8 hm3. Esto implica una capacidad media de 1,2 hm3 que se reduce a 0,71 si no se considera la presa de Soria, caso singular con 32,8 hm3.
Del estudio de los volúmenes embalsados en las grandes presas, realizado por el Servicio Hidráulico de Las Palmas se deduce la cifra de 12% de la capacidad de embalse como el volumen medio interanual aprovechado.
La mayoría de las presas se encuentran ubicadas en los barrancos de la vertiente NE, donde dominan los terrenos con permeabilidad baja o media. Estos embalses contienen unas características excepcionales, debido a las particularidades canarias en cuanto a precipitaciones (escasas y torrenciales que arrastran muchos sedimentos), la orografía (cauces cortos y con mucha pendiente), la geología (muy irregular en cuanto a estabilidad, resistencia y permeabilidad).
Las presas pueden verse desde distintos puntos de vista. En primer lugar como lo que intrínsecamente son: obras de ingeniería. Y bajo este prisma cabe destacar, la intensa relación con el medio físico en el que se insertan y las dificultades añadidas que ello conlleva. En segundo lugar son elementos con una importante impronta en la ocupación del territorio, tanto “per se” como por facilitar actividades que también la tienen: asentamientos urbanos, desarrollos agrícolas, etc. Además de estas características las presas pueden, y deben, verse como parte del patrimonio cultural o artístico de los distintos pueblos que han ido ocupando cualquier territorio o región. En este sentido, todas las presas que se han construido en Gran Canaria desde 1900 hasta 1970 forman una parte muy importante de nuestro patrimonio histórico y etnográfico, lo que nos lleva a considerar que en cada una de ellas, ya sean de tierra, mampostería, de escollera o de hormigón, se hace necesario que lo construido mantenga su forma y condiciones a lo largo del tiempo.
La clave de la conservación de nuestra realidad presística, en referencia a las numerosas presas que se construyeron en los barrancos de la isla de Gran Canaria, no está en proteger o preservar las obras en el papel (inventarios, planes de conjunto, normativas paralegales, etc.), sino en usar prudente y eficazmente las presas durante su explotación y el mantenimiento de su forma y condiciones.
Pero en la isla de Gran Canaria, el problema de la conservación de una presa como patrimonio
histórico surge cuando los que han actuado sobre la misma no han tenido primero una conversación técnica e íntima con la historia de la construcción de la presa (aunque sólo sea por respeto a los que la construyeron y al presista que la imaginó en el pasado); lo que ha llevado a su afección parcial, o lo que es más grave, a la total eliminación o destrucción de alguna de ellas. Además, estas bellas obras de ingeniería hidráulica fueron construidas con mucho esmero a partir de la experiencia acumulada en la construcción de cientos de obras hidráulicas en Gran Canaria.



EL AGUA ES VIDA. Un bien del que muchas veces no somos conscientes de lo que representa y significa: LA VIDA.
Y la malgastamos, abrimos los grifos sin percatarnos de que cada vez es más escaso. No nos damos cuenta de que hay personas en el mundo que tienen que recorrer kilómetros para poder adquirir este preciado bien.
Por ello, en este blog y desde el Proyecto ARCE, del que formamos parte Institutos de Enseñanza Secundaria de Asturias, Mahón, Cádiz y Las Palmas de Gran Canaria. Vamos a reflexionar, junto a nuestros alumnos, sobre este "oro azúl" para tomar conciencia sobre su uso y su abuso, y para que nuestro planeta siga recibiendo el nombre de "Planeta Azul".
Todos los que lo visiten serán bienvenidos.