viernes, 12 de febrero de 2010

Pozos y galerías subterráneas.

Las necesidades del hombre por buscar el líquido elemento han hecho que en Canarias se haya tenido que profundizar en las entrañas de las islas, donde se han ido formando depósitos o bolsas de agua infiltrada. Este agua que se filtra constituye el recurso del acuífero. En ocasiones, de forma natural, el agua encuentra salida hacia la superficie. Otras veces, es el hombre el que tiene que perforar la tierra hasta encontrar el líquido elemento.
Así, los canarios han perforado desde tiempos próximos a la Conquista la superficie, ahondando cada vez más para hacer manar el agua. Aproximadamente, el 80% de los recursos hidráulicos con los que cuenta Canarias proceden del subsuelo, es decir, del acuífero.
Las galerías son una especie de minas o túneles, con las que se va profundizando en el interior de la tierra hasta encontrar agua. Una galería suele tener 1,6 metros de ancho y 1,8 metros de alto. El caudal que se extrae de una galería es variable. Al comienzo, se obtienen unas cantidades elevadas de agua, pero la situación cambian con el transcurso del tiempo y el acuífero tiende a estabilizarse. En algunas ocasiones las galerías llegan a ‘secarse’, es decir, a dar un caudal demasiado bajo como para que sea rentable su explotación. Las galerías convencionales, que son las más extendidas, especialmente en Tenerife, pueden llegar a alcanzar los 5 km de recorrido, y son las que acceden al acuífero basal. Por último, también existen lo que se denomina como galerías-pozos, las cuales son mucho más cortas que las anteriores y terminan en un pozo, por lo que se requiere bombear su agua.
Las galerías de agua son escasas en Fuerteventura, y casi nulas en Lanzarote, ya que éste procedimiento de extracción del agua, de explotación de los acuíferos, se hace en zonas de vertientes con laderas y montañas, que albergan en sus interiores el preciado líquido blanco. En Tenerife, la orografía de la Isla Picuda, como si de una gran pirámide se tratase, ha tenido en su base media la explotación de los acuíferos mediante galerías, y en raras ocasiones algún que otro pozo. Las galerías en Tenerife son además las más largas y profundas del Archipiélago, llegando casi al corazón de la “Isla del Infierno”. Las galerías abiertas en esta isla para obtener agua subterránea alcanzan hasta siete kilómetros de profundidad. Galerías que han dado abundantes caudales de agua, y que se han ido incrementando tanto en su número, por la intensificación de las plantaciones agrícolas, como por los ramales que de cada galería se iba haciendo.
La perforación vertical que se realiza en la tierra hasta hallas el depósito de agua es lo que conocemos como pozos. Por su número, este tipo de perforaciones es especialmente relevante en Gran Canaria. Sin embargo, muchos pozos han quedado en desuso por el descenso del nivel de los acuíferos. El agua de los pozos se extrae a la superficie por medios mecánicos, aunque antiguamente, cuando ello no era posible, se utilizaba la energía animal o incluso la eólica.
Los pozos profundos se han desarrollado fundamentalmente en los últimos años, coincidiendo con el declive de los alumbramientos en las galerías. Los primeros pozos, de tipo ordinario, datan de siglo XVI y, aunque numerosos, la cuantía conjunta de sus aprovechamientos resulta irrelevante. Inicialmente se emplazaban próximos a la costa pero con el paso de los años, y por diversas circunstancias, se han ido retirando de ésta; los más recientes se localizan, por lo general, entre los 500 y 600 m de altura.
En Gran Canaria, la explotación del agua ha sido preferentemente a través de pozos, que con el auge del cultivo del plátano hizo que el nivel freático del “Continente en Miniatura” cayera a niveles preocupantes para el Medio Ambiente. Los pozos presentan siempre como peligro la emanación de gas, que por otro lado ha dado una peculiaridad muy especial al agua de consumo humano, sobre todo la embotellada con líquido elemento muy rico en minerales, sobre todo de tipo ferruginoso. Eran aguas bicarbonatadas, sulfuradas o con tal cantidad de hierro que los fondos de los recipientes se quedaban totalmente encarnados. Nacientes que tuvieron a finales del S. XIX y principios del XX un uso también medicinal, con un turismo incluso de salud en torno a los balnearios que albergaban estos nacientes. La sobreexplotación de pozos en Gran Canaria y de nacientes, hizo que también se optara por perforar algunas galerías.
Si se extrae más agua de la que llega al acuífero, las reservas se van agotando. En el Archipiélago se ha llegado a un límite de crecimiento de pozos y galerías. El hecho de que muchos se sequen indica que el nivel de los acuíferos baja. La extracción del agua alcanza en algunos casos niveles extremos. Las galerías y pozos que han permitido tradicionalmente la extracción de agua en el archipiélago canario comienzan a secarse en las islas en la década de los 90, ya que hasta entonces eran consideradas ricas en dicho recurso. Además, la falta de lluvias agrava un problema que no es nuevo en el archipiélago. El caso de la isla de Tenerife, tradicionalmente rica en agua, "comienza a ser preocupante", según las autoridades canarias, que destacan, con la menor cantidad de este recurso, un problema de calidad en el mismo.

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EL AGUA ES VIDA. Un bien del que muchas veces no somos conscientes de lo que representa y significa: LA VIDA.
Y la malgastamos, abrimos los grifos sin percatarnos de que cada vez es más escaso. No nos damos cuenta de que hay personas en el mundo que tienen que recorrer kilómetros para poder adquirir este preciado bien.
Por ello, en este blog y desde el Proyecto ARCE, del que formamos parte Institutos de Enseñanza Secundaria de Asturias, Mahón, Cádiz y Las Palmas de Gran Canaria. Vamos a reflexionar, junto a nuestros alumnos, sobre este "oro azúl" para tomar conciencia sobre su uso y su abuso, y para que nuestro planeta siga recibiendo el nombre de "Planeta Azul".
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