miércoles, 22 de septiembre de 2010

El "Mare Nostrum"



En la creación de los imperios mundiales jugaron un papel muy importante los factores geopolíticos: las montanas, los ríos – Nilo, Danubio, Rin – y ante todo el mar. Para el occidente tiene una importancia especial el mar Mediterráneo – ya su nombre señala su importancia para la unión de las naciones sentadas en sus costas, sobre todo para los fenicios, griegos y romanos.
La etimología de Mar Mediterráneo procede del latín “Mar Medi Terraneum”, cuyo significado es "mar en el medio de las tierras". La mayoría de los habitantes de sus costas han usado esta denominación derivada de la latina.

“Mare Nostrum”, que en latín significaba “nuestro mar”, era el nombre con que los romanos llamaban al Mar Mediterráneo. La razón de esta denominación es fácil averiguarla mirando el mapa del siglo II d.c. Todas sus orillas pertenecían al Imperio Romano, convirtiendo así al Mediterráneo en la espina dorsal de su estado y en eje principal de sus comunicaciones y su comercio. La civilización romana se desarrolló en torno al mar Mediterráneo. Los romanos dominaron territorios situados en los tres continentes que baña este mar: Europa, África y Asia.
En gran medida, la existencia del Imperio Romano estuvo supeditada al dominio que Roma ejercía sobre el mar Mediterráneo. Transcurrido el primer tercio del siglo II a.C., y cuando la república romana contaba alrededor de medio milenio de existencia, el Mar Mediterráneo — que constituía el centro geográfico de la civilización — había pasado a ser un lago romano Incluso en su época de máxima extensión, los límites del Imperio apenas sobrepasaban la cuenca del “mare nostrum”. Sus fronteras más lejanas, en el Rhin, Danubio, Eufrates y el Sahara, formaban un enorme círculo de defensa destinado a proteger los accesos a la cuenca marítima.
El predominio romano se ejercía prácticamente sobre todos los territorios con costas sobre el Mediterráneo, desde la península ibérica hasta los territorios balcánicos y griegos, el Asia Menor y la costa norte de África, donde estuviera Cartago.

Roma se convirtió en dueña del mundo mediterráneo y construye un imperio en torno a él, en el que se acuña el concepto de Mare Nostrum. Mediante ese concepto, la civilización creada por los atenienses en el siglo V a.C. y los valores que defendían (democracia, participación política, belleza, fortaleza física, concepción del mundo, educación, moral, etc.) se extienden a todo el mundo romano, es decir a todo el Mare Nostrum, que tan orgullosamente defendían El Mediterráneo era la garantía de la unidad política y de la unidad económica del Imperio Romano.

La huella que dejó esta civilización en los lugares donde se instaló fue profunda y de hecho aún sigue presente en las naciones actuales, no solo en forma de ruinas, sino, y básicamente, en el arte, la cultura, la lengua, el derecho y hasta en la forma de entender la vida.
Años después de la
unificación de la Italia, en 1861, el término fue revivido por nacionalistas italianos, que creían que el país era el sucesor del Imperio Romano, y debía buscar controlar los territorios que pertenecieron Roma por todo el Mediterráneo.
El término fue utilizado nuevamente por
Benito Mussolini en la propaganda fascista, de manera similar al lebensraum de Adolf Hitler. En pleno siglo XX el fascismo después de la conquista italiana de Etiopía en 1936 quiso resucitar el antiguo Imperio Romano. Mussolini deseaba crear de nuevo la potencia de la Antigua Roma en el Mediterráneo y consideraba que Italia - en vísperas de la segunda guerra mundial - era la principal potencia mediterránea 
 

El mecenazgo del agua en Roma

A lo largo de la historia de Roma el suministro de agua a las ciudades dependía no sólo del talento de los ingenieros y arquitectos sino especialmente de la voluntad de los poderosos. Durante la República la gestión del agua estaba a cargo de los censores y ediles, que tenían entre sus funciones la “cura aquarum” o administración de las aguas: construcción y conservación de los acueductos, funcionamiento de la red de distribución, control de los fraudes,…etc.
Los censores, grandes personajes en la cima de su carrera política, eran los que, de acuerdo con el Senado, decidían emplear el dinero del Estado para construir o ampliar acueductos. A su vez los ediles, jóvenes magistrados municipales, se ocupaban de su gestión y mantenimiento. La juventud -ediles- y la ambición política -censores- llevaban a término lo decidido por la sabiduría y experiencia -Senado-.
En el Imperio se instauró un nuevo sistema administrativo. Un senadoconsulto del año 12 a.C. ponía en marcha un servicio imperial, la “cura aquarum publicarum”, dirigido por un comité de tres miembros, con un presidente a la cabeza, el “curator aquarum”, cuya elección dependía directamente del emperador.
Este “curator” tenía bajo sus órdenes a todos los “aquarii” (funcionarios del agua) de Roma, un total de setecientos empleados estatales, que dirigían una gran variedad de personal (obreros, vigilantes, inspectores,…). Estos aquarii estaban preparados para atender día y noche las emergencias y garantizar la continuidad, seguridad y mantenimiento del suministro del agua. Todo este personal era retribuido a costa del erario imperial, que también financiaba los materiales y construcción de puentes y acueductos, cisternas, arcas, fuentes y canalizaciones. De este modo los emperadores se erigieron en dueños absolutos de las aguas.
Ya desde la República había que recurrir a los servicios de importantes empresas privadas, a las que se encargaba la construcción y conservación de grandes obras públicas. Los senadores fijaban el presupuesto y después los censores anunciaban una licitación para adjudicar las obras. Las grandes empresas firmaban entonces un contrato con el Estado. Este sistema den adjudicación llevó a toda clase de abusos, sobornos y corrupción política, que llegó a ser una de las plagas de la democracia romana.
La existencia de esta jerarquía del agua se convirtió pronto en un medio privilegiado de promoción personal. Censores y ediles comprendieron enseguida el provecho personal que podían obtener del suministro del agua. Las familias patricias romanas tuvieron siempre la tentación de granjease la gloria y el favor popular llevando a cabo grandes obras públicas.
Sin embargo solamente el emperador podía llevar a buen término las onerosas construcciones y conservación de los acueductos. Los más ricos y poderosos así en los mecenas del agua. Tanto en Roma como en las provincias más lejanas el emperador llegó a ser considerado como el príncipe todopoderoso del agua. La unidad del Imperio se basaría también en el dominio del agua, ya que los acueductos pregonaban por doquier la presencia de una fuerza única y tutelar.
En todas las ciudades se veían estanques, fuentes, termas,… con las que se podía disfrutar de placeres nacidos de una abundancia, dispensada por la autoridad poderosa y protectora de los emperadores. El agua necesaria pasó a ser fuente de felicidad y el pueblo de Roma sentiría por la generosidad de sus amos tanto orgullo como agradecimiento y placer.


sábado, 11 de septiembre de 2010

Comienza el curso

Ya estamos a punto de comenzar el nuevo curso escolar 2010/11. Y hay que hacerlo con energías renovadas e ilusión.
Por nuestra parte ya queda poco para el próximo encuentro de representantes de profesores y alumnos en Los Barrios (Cádiz). Seguro que este encuentro será tanto o más provechoso que el anterior. De nuestro centro asistirán al encuentro dos profesores y tres alumnos.
Además también estamos ya con la mente puesta en el intercambio que tendrá a mediados de curso, allá por los meses de febrero y marzo: actividades a realizar, búsqueda de material, Conferencias... intentaremos que ambos encuentros sean interesantes y contribuyan a la formación del alumnado.

EL AGUA ES VIDA. Un bien del que muchas veces no somos conscientes de lo que representa y significa: LA VIDA.
Y la malgastamos, abrimos los grifos sin percatarnos de que cada vez es más escaso. No nos damos cuenta de que hay personas en el mundo que tienen que recorrer kilómetros para poder adquirir este preciado bien.
Por ello, en este blog y desde el Proyecto ARCE, del que formamos parte Institutos de Enseñanza Secundaria de Asturias, Mahón, Cádiz y Las Palmas de Gran Canaria. Vamos a reflexionar, junto a nuestros alumnos, sobre este "oro azúl" para tomar conciencia sobre su uso y su abuso, y para que nuestro planeta siga recibiendo el nombre de "Planeta Azul".
Todos los que lo visiten serán bienvenidos.