jueves, 4 de marzo de 2010

Los romanos y el agua

“La fuente o principio de todas las cosas es el agua” (Tales de Mileto, 624-548 a.C.)

La cultura del agua ha estado presente a lo largo del tiempo en todas y cada una de las antiguas civilizaciones que poblaron el planeta. Su desarrollo dependió en parte del agua, elemento indispensable para la vida, lo cual hizo que cada una de estas civilizaciones entendiera a su manera dicha cultura, desarrollando creencias, mitos, arquitecturas y un sinfín de elementos relacionados con el vital líquido. El agua, pues, ha estado y está vinculada al desarrollo de la humanidad y de todas sus actividades (arte, comercio, transporte, ritos religiosos). Las más notables civilizaciones nacieron a orillas de los grandes ríos y océanos y su desarrollo a lo largo del tiempo ha estado siempre marcado por su conquista y control...
Los seres humanos han almacenado y distribuido el agua durante siglos. En la época en que el hombre era cazador y recolector el agua utilizada para beber era agua del río. Cuando se producían asentamientos humanos de manera continuada estos siempre se producen cerca de lagos y ríos. Cuando no existen lagos y ríos las personas aprovechan los recursos de agua subterráneos que se extrae mediante la construcción de pozos. Cuando la población humana comienza a crecer de manera extensiva, y no existen suficientes recursos disponibles de agua, se necesita buscar otras fuentes diferentes de agua.
Algunos historiadores denominan a Roma como "la ciudad del agua".Sabido es la importancia del agua para la cultura Romana. El agua es para los romanos el símbolo mismo de su existencia desde que Rómulo, el fundador de Roma, fue salvado de las aguas del Tíber y la que les otorga su poder sobre las fuerzas naturales y sobre los hombres.
Los Romanos fueron los mayores arquitectos en construcciones de redes de distribución de agua que ha existido a lo largo de la historia. Ellos utilizaban recursos de agua subterránea, ríos y agua de escorrentía para su aprovisionamiento. Los romanos construyan presas para el almacenamiento y retención artificial del agua. El sistema de tratamiento por aireación se utilizaba como método de purificación. El agua de mejor calidad y por lo tanto más popular era el agua proveniente de las montañas. Los acueductos fueron un símbolo de prestigio en Roma y ejemplo de la extraordinaria tecnología que los romanos desarrollaron para garantizar el acceso al agua y su calidad. Así lo demuestra el hecho de los doce grandes conductos que abastecían Roma durante los siglos III y IV, por los que circulaba un millón de metros cúbicos de agua al día, más de lo que consumen hoy día los habitantes del entorno de Barcelona.
La relación que la civilización romana mantuvo con el agua fue muy similar a la actual, llegando a alcanzar un gran desarrollo tecnológico de la arquitectura e ingeniería hidraúlica en su control y suministro, en las leyes que regulaban su correcta distribución o conflictos entre comunidades. Además para ellos tenía un valor sagrado. Las divinidades acuáticas, sus representaciones y relatos mitológicos ponen de relieve el valor sagrado que el agua tuvo para los romanos.
Los romanos eran una civilización mediterránea y como tal tenían gran control y dependencia de agua. Nada mejor que ver las inversiones en infraestructuras para comprobarlo. Desde las captaciones de agua hasta los acueductos, cañerías, fuentes, termas, etc. Supieron aprovechar los recursos del agua con brillantez e innovación, dando lugar a construcciones de gran envergadura y belleza, tales como pantanos, acueductos, presas, termas, baños, canalización de aguas, usos para regadío... llegando incluso a crear una Ley de Aguas. También se le dio un gran uso recreativo desarrollando espectáculos acuáticos, áreas de recreo y ocio, fuentes, fontanas, etc.
Es curioso que la antigua Roma consumiese en un día cualquiera del siglo II tanta agua como hoy en día consume la actual Roma. Roma tenía un abastecimiento de agua tanto pública como privada que hasta el siglo fines del XIX no se volvió a conseguir. Pensemos que los romanos gracias a sus acueductos tenia agua corriente en sus hogares, algo no se repetiría hasta casi el siglo XIX si no me fallan los datos, de ahí que cuando las invasiones bárbaras atacan esos acueductos se empieza a desmoronar el Imperio.
Para abastecerse de agua cada día, los romanos de clase media y baja acudían a las fuentes públicas de agua, que solían estar conectadas a un acueducto. Los patricios, en cambio, disponían de un canal especial que les suministraba el preciado líquido directamente en la domus. Y además, las domus disponían de su propio pozo privado de agua, debajo del impluvium, una especie de pequeña piscina rectangular que recogía el agua de la lluvia que caía desde el compluvium, un agujero en el techo.
El suministro de agua formaba parte de la esfera pública y ese principio era irrenunciable. Se creó para ello en Roma la cura aquarum, al mando de este servicio. En tiempos de la República era controlada por los censores, encargados del registro de ciudadanos y bienes, pero con las reformas de Augusto a principios del Imperio, el curator aquarum paso a ser un cargo de más alto rango, destinado a personas de categoría senatorial. Esta institución tenía competencias sobre el entero abastecimiento y coordinaba el numeroso personal subalterno y la mano de obra. Los técnicos eran denominados aquaril, término que se puede traducir por fontaneros.
Vital para toda sociedad humana, el agua es para los romanos el símbolo mismo de su existencia desde que Rómulo, el fundador de roma, fue salvado de las aguas del Tíber y la que les otorga su poder sobre las fuerzas naturales y sobre los hombres. Los romanos utilizaron el agua para dar respuesta a sus necesidades inmediatas, pero también la emplearon para el placer y la frivolidad con una precisión que sorprenderá a los ingenieros y una simplicidad que maravillará a los profanos. Buscaron de manera obstinada las técnicas subterráneas y aéreas, que permitieron obtener el agua de las montañas, conducirla hasta las ciudades, purificarla, conservarla y evacuarla. Aparecen los romanos en su intimidad, con sus habladurías en torno a las fuentes, o en las letrinas, y sorprende su admiración por los emperadores que les construyeron termas suntuosas; encontramos también los cálculos de los ingenieros, sus sondeos, sus fracasos y sus logros y, sobre todo, la fuerza de voluntad de un pueblo que, para dominar la fuente de la vida, construyó a través de las llanuras y de los valles profundos los arcos poderosos y elegantes de sus acueductos.

1 comentario:

  1. Muy interesante. Sobre todo llama la atención el que en la antigua Roma se consumiera tanta agua como en la actualidad.

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EL AGUA ES VIDA. Un bien del que muchas veces no somos conscientes de lo que representa y significa: LA VIDA.
Y la malgastamos, abrimos los grifos sin percatarnos de que cada vez es más escaso. No nos damos cuenta de que hay personas en el mundo que tienen que recorrer kilómetros para poder adquirir este preciado bien.
Por ello, en este blog y desde el Proyecto ARCE, del que formamos parte Institutos de Enseñanza Secundaria de Asturias, Mahón, Cádiz y Las Palmas de Gran Canaria. Vamos a reflexionar, junto a nuestros alumnos, sobre este "oro azúl" para tomar conciencia sobre su uso y su abuso, y para que nuestro planeta siga recibiendo el nombre de "Planeta Azul".
Todos los que lo visiten serán bienvenidos.